Ya falta menos para la cita olímpica, que los laureles de nuestros deportistas no nos impidan ver el bosque de lo que realmente ocurre en China: Amnistia Internacional nos lo recuerda una vez más:
B’Tselem, el Centro de Información Israelí sobre Derechos Humanos en los Territorio Ocupados, es el claro ejemplo de que no todos los israelíes están de acuerdo con las últimas acciones de su ejercito contra Gaza. Organizaciones como esta mantienen viva la esperanza de una posible solución pacífica, con el valor suficiente para denunciar que se esta produciendo una masacre contra inocentes, que la solución no será nunca el ojo por ojo.
B’Tselem recoge en su página como desde el 27 de febrero han fallecido al menos 107 personas en los territorios ocupados, y como de estos, cincuenta y cuatro no habían tomado parte en acciones armadas, y de estos últimos veinticinco eran menores. También apunta que al menos cuarenta y seis menores más han resultado heridos.
Esta organización se ha hecho eco también de aquellas personas que mueren al intentar llegar a un hospital a través de los infinitos check-points, o de como se suceden las detenciones arbitrarias entre la población de los territorios ocupados.
Otros grupos como the Association of Forty (agrupación de judios y palestinos que conviven en las mismas poblaciones), Machsom Watch (asociación de mujeres israelíes que defiende los derechos de las mujeres palestinas), Gisha (organización que ofrece defensa legal a los palestinos que viven en los territorios ocupados), el Comité Público contra la Tortura en Israel – PCATI y muchos más representa la posibilidad de que un día la politica y las acciones de Israel se hagan humanas.
Este es el nombre de la última campaña de Amnistía Internacional para denunciar el actual estado en que se encuentran los derechos humanos en China. AI nos recuerda que con motivo de los Juegos Olímpicos, el gobierno esta procediendo a operaciones de ‘limpieza’, deteniendo a mendigos, toxicómanos, taxistas y repartidores de publicidad sin licencia, ha desalojado aquellas zonas que han servido para realizar los estadios y polideportivos.
Aministía centra su campaña en una serie de puntos básicos: la pena de muerte, las detenciones sin juicio (‘reeducación para el trabajo’), las actuaciones contra los activistas de los derechos humanos (‘arrestos domiciliarios’, tortura, malos tratos y vigilancia continua), y la libertad de los medios de comunicación (censura).
Los juegos olímpicos permitirán a todo el mundo fijar su mirada en China, aunque con las actuales medidas de control, solo veremos aquello que nos dejen ver: el 13 de diciembre del año pasado, el primer ministro Wen Jiabao visito el pueblo de Wenlou en la provincia de Henan, se trata de una población muy diezmada por el SIDA. Antes de que llegase el primer ministro las autoridades locales pusieron bajo arresto domiciliario a un grupo de activistas, igualmente, disfrazaron a 1.600 policías para que se mezclasen con los habitantes del pueblo para contener cualquier tipo de manifestación. Es decir, si su primer ministro no puede ver la China ‘real’, ¿que enseñaran a los que nos asomemos desde fuera?.